El Algeciras golea facilmente a la Peña Deportiva Rociera

Impulsado por una superioridad evidente, pero que no le dio para realizar su mejor juego con un mínimo de continuidad, el Algeciras goleó ayer a la humilde Peña Rociera en un partido sin aristas.

Los goles cayeron por su propio peso en un estadio Nuevo Mirador que ansiaba un resultado así -después de tres partidos sin asistir a una victoria de los suyos- y lo disfrutó más que el fútbol. Lo mejor que se puede decir del encuentro es que basta con ver un resumen de los tantos y de alguna jugada más, que no hace falta tragárselo entero. Eso sí, a renglón seguido, para valorar aún más la victoria, hay que acudir a la clasificación, en la que el Algeciras aparece de nuevo en plaza de liguilla gracias también al traspié del Pozoblanco, su próximo rival.

Volcado en hacer llegar el balón a sus delanteros, el equipo albirrojo escarbó en las carencias de su adversario a partir de la omnipresencia del capitán, Javi Chico. Conforme el campo se le hacía más grande a los nazarenos, el centrocampista repartió la pelota en todas las direcciones para que ésta acabara en las botas bien de Manuel, bien de Alvi, lo que hacía temblar a la zaga visitante, liderada por el ex de la Unión Rubén, expeditivo y eficaz como sólo lo saben ser los que tienen mucho fútbol en la espalda.

Si algo marcó el juego de la Peña Deportiva Rociera fue su descaro, ese que le ha llevado a quitarse de encima en estas primeras jornadas el sambenito de víctima con el que parecía partir en su primer año en la categoría. Pero esa ambición por superar la media local -con escasas condiciones para ello- lo dotó de un punto de anarquía que alocó el partido. Y en ese escenario Manuel se sintió cómodo. El algecireño recibió un balón de Juanjo que en carrera entregó con elegancia a Alvi para que burlara a Samu por bajo. Era el minuto 18. Ya antes Willy había obligado a atajar al portero visitante en dos tiempos.

Cuando la pelota ganaba las posiciones de los dos puntas algeciristas, el gol se cantaba en las gradas. El propio Manuel se estrelló en el portero a su salida en el minuto 34 cuando Alvi quiso devolverle el regalo anterior. El de los Pastores no olvidó su deuda con el chico que Yiyi encontró en la Liga de Aficionados y se la pagó nada más comenzar la segunda mitad, cuando lo dejó sólo para que batiera al portero por debajo de las piernas tras una contra rápida originada por un robo en el centro del campo. 2-0 y el Algeciras cada vez más cómodo. Se avecinaba un festival.

El entrenador del Algeciras había sentado a los dos jugadores de las bandas (Willy y Juanjo, muy vigilados por el rival), quizás también pensando en el nuevo marathón de partidos que se aproxima, y dio entrada a Dani Venegas y Alexis de la Paz. En el 55', éste se tiró en plancha en el segundo palo en un centro de Mena por banda y marcó el tercero, el primero de su cuenta particular esta temporada.

Pudo marcar otro Manuel en el 69, pero se demoró en el disparo y el meta Samu metió la mano lo justo para desviar la trayectoria. Fue justo antes de que Marcelino recogiera el rechace en un córner y lograra el cuarto de un trallazo.

La Rociera estaba hasta entonces k.o., pero poco a poco se recuperó, cuando el Algeciras, tranquilo con el resultado, bajó una marcha.

Mateo evitó el gol de Villalón en un lanzamiento fortísimo desde el borde del área poco antes de que Yiyi lo retirara del campo para dar minutos a Nandi. En el 80', cinco después de sustituir a un Rubén que se marchó lesionado, Diego Mirau recogió el rechace del meta algecirista tras un despeje a bocajarro e hizo el del honor para los sevillanos.

Samu evitó el quinto, que pudieron marcar Álvaro Benítez, Alexis de la Paz y Alvi Carrasco, antes de que el árbitro pitara el final de un partido feliz para el algecirismo, más plácido de lo que se esperaba.