El derbi del pasillo inventado, el de la presencia del alcalde de Algeciras, Diego Sánchez Rull en el palco del eterno rival cuando apenas aparece por el Nuevo Mirador, y el de tantas otras connotaciones se decantó, en el plano futbolístico para el Algeciras Club de Fútbol. Al inicio la fiesta fue local, al final visitante.
El Algeciras ganó, jugando mejor con un gol de Jonhy, que incomprensiblemente pidió perdón al marcar el gol del triunfo que deja los suyos a las puertas de la liguilla. Ese fue el pasillo que cogió el cuadro rojiblanco tras cumplir, como club señor, con el campeón. La vendetta del 0-2 pudo ser completa ya que en la recta final los de Pablo Sánchez pudieron sentenciar hasta 3 veces. El Algeciras ganó al campeón merced a que supo esperar su momento, por cierto planteamiento, uno más, de libro del técnico. Pablo que en un principio fue insultado y despreciado por parte de la aficion finalmente y con trabajo se ha metido en su bolsillo a la ciudad de algeciras y ayer dio una vez mas una gran lección de como jugar al futbol en esta categoria.
La primera mitad, tras los prolegómenos festivos, deparó mucha tensión, como suele ser norma en estos clásicos y poco fútbol. El Algeciras, al que le iba más en el envite ya quedó dicho, ejercía el control del partido, aunque la faltaba algo de mordiente arriba. Nico Bezares y Javi Chico iban dominando la parcela central e intentaban contactar con Albi. El de los Pastores batalló con Carlos Guerra y Olmo pero no tuvo demasiada fortuna. No obstante era la Balona, espoleada por los suyos, la que intentaba, a la contra, no amagar sino dar. El primer acercamiento serio se produjo en el minuto 17. Un incisivo Juampe se marchó, a pierna cambiada, desde la derecha hacia el centro del área y desde allí enganchó un buen disparo que Reina repelió como pudo. Pibe, en fuera de juego, no pudo aprovechar el rechace aunque la jugada ya estaba invalidada.
La tónica del juego era la misma. Más posesión rojiblanca, pero más mordiente linense, aunque ninguno de los dos lograba intimidar al rival. Ambos se respetaban, temían y sobre todo no querían equivocarse. De nuevo Juampe lo intentó en el 32 pero su chut, fue atajado con alguna dificultad por Reina. Dos minutos más tarde el conjunto de Pablo, que vió la amarilla en la protesta, trianguló en la zona de tres cuartos. Profundizó Javi Chico, tras un buen pase de Cruz, el centro del algecireño se estrelló en el cuerpo o en la mano de Olmo, la protesta rojiblanca quedó en nada.
Antes del descanso llegó la mejor ocasión visitante. Una falta al borde del área, en el centro, provocada por Jhony permitió al linense Roberto mandar un gran disparo raso que Camacho repelió como pudo. El de Los Barrios casi aprovecha para marcar pero de nuevo apareció Carlos Guerra.
La última intentona local, antes del descanso y tras una pequeña tangana, fue para Juampe. Su centro-chut, ahora desde la izquierda, no encontró rematador.
La segunda mitad comenzó con algo más de intensidad por parte de los locales. Aunque rápidamente Nico Bezares, impresionante su partido, comenzó a controlar las operaciones. Movió ficha Escobar con David Hernández pero el Algeciras estaba ya muy serio.
Tanto que la primera fue para Albi. Sacó Reina desde su marco, peinó May y el canterano casi se adelanta a Camacho, el césped artificial le jugó una mala pasada. Corría el mínuto 65 y hasta entonces, lo mismo del primer acto. El Algeciras controlaba y los de Escobar esperaban una acción de Copi, ahora ya con su compañero más habitual, que reapareció, tras varias semanas de ausencia.
Los visitantes, aunque retrocedieron metros no pasasron apuros. Y en el 70 llegó el premio. Falta botada por Raúl Domínguez y Jhony desvía para alojar el balón en el fondo de las mallas.
Luego balonazos locales, aunque si excesivo peligro y alguna contra para sentenciar. En el 85, Roberto, excelso en su banda, evitó un remate de David Hernández que tenía mucho peligro.
Al final dos clarísimas para los albirrojos. La primera para Raúl Domíguez que disparó cruzado tras un buen servicio de May, y ya en el descuento fue Iván quién pudo poner el 0-2. La angustia final fue más por la tensión que por el peligro de los campeones.
La fiesta comenzó siendo blanquinegra pero acabó con color rojiblanco. La liguilla está casi en el bote sólo falta ponerle el sello el domingo en el Nuevo Mirador.